jueves, 27 de enero de 2011

Cuando nos quede una palabra sin decir será el Fin.

miércoles, 26 de enero de 2011

A ese tío se le iba la olla... Camille recordaba que una noche, puesto que ella siempre regresaba a casa en plena noche, lo había sorprendido en el vestíbulo, en pijama, calzado con botas de caza, con un paquete de croquetas en la mano. Parecía muy nervioso, y le preguntó si no había visto un gato por ahí. Camille le contestó que no, y dio unos pasos con él por el patio, en busca del animal perdido. "¿Cómo es?", le preguntó. "Desgraciadamente, lo ignoro..." "¿No sabe cómo es su gato?" Él se quedo muy quieto: "¿Y por qué habría de saberlo? ¡Si yo nunca he tenido gato!" Camille estaba agotada y lo dejó ahí plantado, sacudiendo la cabeza. Decididamente, ese tío era demasiado flipante.
Amo la belleza de las mentes lucidas
que hay detrás de una mirada impenetrable.

jueves, 13 de enero de 2011

Anónimo

¿Qué te diría con otra cara y con otra voz?, el anónimo no conoce el miedo ni el pudor
es invencible
aunque pueda carecer de confianza.

El equilibrio de los tiburones

Lloraba encima de su cama, y ella me miraba. "¿Qué te ha pasado, mamá?", preguntaba. Y yo: "Nada, ahora se me pasa. He perdido el equilibrio". Entonces Sofia se acercó de puntillas: "¿Mamá? ¿Cómo es un equilibrio? Así te lo dibujo y lo tienes otra vez". Me eché a reír. Reía y lloraba al mismo tiempo. La abracé y le cubrí la cara de besos. "Es un pez -le respondí- un pez que nada recto".